5 TAZAS DE AMOR
4 CUCHARADAS DE TERNURA
3 TAZAS DE RISAS
2 TAZAS DE PERDON
4 TAZAS DE FE
2 CUCHARADAS DE GENTILEZA
2 CUCHARADAS DE COMPRENSION
Preparación:
Tómese el AMOR y la TERNURA y mézclese con la FE. Incorpórese la COMPRENSION y la GENTILEZA. A continuación se le agrega la ESPERANZA y el PERDON. Rocíese abundantemente con RISAS. Cocínese con la luz del sol y sírvase diariamente en raciones generosas.
Autor: La naturaleza
jueves, 18 de marzo de 2010
¿Qué es ser un apóstol?
Una de las palabras más hermosas es la de apóstol. Pero con cuánta frecuencia se la falsea: la palabra y la realidad.
Ser apóstol no es detectar los fallos y errores de los demás. Ser apóstol no es ser un aguafiestas de la vida, olvidando que Cristo fue un vino-fiestas en Caná. Ser un apóstol no es dedicarse a salvar almas, dejando de atender las necesidades de los cuerpos humanos. Ser apóstol no es organizar cruzadas para reprimir el mal, en lugar de expandir la dinámica del bien. Ser apóstol no es hablar de la justicia de Dios, sin hacer nada por disminuir las injusticias entre los hombres.
Ser apóstol no es dedicar migajas de unos minutos a los demás, mientras se pierden horas en una vida estéril o cómoda. Todo esto no son sina caricaturas del verdadero apóstol y, como caricaturas, no hacen sino alejar a todos del verdadero apostolado.
(LOS 5 MINUTOS DE DIOS)
Ser apóstol no es detectar los fallos y errores de los demás. Ser apóstol no es ser un aguafiestas de la vida, olvidando que Cristo fue un vino-fiestas en Caná. Ser un apóstol no es dedicarse a salvar almas, dejando de atender las necesidades de los cuerpos humanos. Ser apóstol no es organizar cruzadas para reprimir el mal, en lugar de expandir la dinámica del bien. Ser apóstol no es hablar de la justicia de Dios, sin hacer nada por disminuir las injusticias entre los hombres.
Ser apóstol no es dedicar migajas de unos minutos a los demás, mientras se pierden horas en una vida estéril o cómoda. Todo esto no son sina caricaturas del verdadero apóstol y, como caricaturas, no hacen sino alejar a todos del verdadero apostolado.
(LOS 5 MINUTOS DE DIOS)
La vida es un juego de naipes
Con frecuencia la vida se convierte en un juego de naipes en el que triunfa el as. La diferencia está en que para unos el as mayor es el as de oro, para otros el de espada, para no pocos el de bastos y no faltan quienes eligen el de copas.
As de oro para los que ponen sus esfuerzos en almacenar riquezas a toda costa y sin reparar en miramientos o en delicadezas de conciencia, que se juzgan puritanas; es de oro con el que se piensa se pueden ganar todas las partidas, incluso la partida de la felicidad.
As de espadas para quines todo lo que quieren conseguir con la fuerza, sea de las armas, sea de las leyes políticos o sindicales.
As de bastos para quienes pretenden arreglar el mundo a garrotazos, con violencia, con secuestros, con odios, guerras y crímenes.
As de copas para los despreocupados que tratan de ahogar en vino y licores, en fiestas y comilonas los sinsabores diarios, los problemas acuciantes para la sociedad o el vacío que ellos experimentan en su interior, por la falta de un sentido de vida.
¿Será eso la vida? ¿Un juego de naipes?
(LOS 5 MINUTOS DE DIOS)
As de oro para los que ponen sus esfuerzos en almacenar riquezas a toda costa y sin reparar en miramientos o en delicadezas de conciencia, que se juzgan puritanas; es de oro con el que se piensa se pueden ganar todas las partidas, incluso la partida de la felicidad.
As de espadas para quines todo lo que quieren conseguir con la fuerza, sea de las armas, sea de las leyes políticos o sindicales.
As de bastos para quienes pretenden arreglar el mundo a garrotazos, con violencia, con secuestros, con odios, guerras y crímenes.
As de copas para los despreocupados que tratan de ahogar en vino y licores, en fiestas y comilonas los sinsabores diarios, los problemas acuciantes para la sociedad o el vacío que ellos experimentan en su interior, por la falta de un sentido de vida.
¿Será eso la vida? ¿Un juego de naipes?
(LOS 5 MINUTOS DE DIOS)
Felices…pero ¿cómo?
Todos queremos ser felices. Cuanto hacemos responde al deseo, consciente o inconsciente, de alejar de nosotros el dolor y el malestar, y a proporcionarnos, en cambio, gozo y alegría. Dios mismo puso ese anhelo en nuestro corazón. Nos creó para la felicidad. Estamos “programados” para buscarla. San Agustín los expresó con belleza: Nos hiciste, Señor, para ti, y nuestro corazón inquieto hasta que no descanse en ti.
Queremos ser felices…pero ¿cómo?. La felicidad no es cuestión de gustos. No se la encuentra de “cualquier manera”. No se puede ser feliz mientras el corazón se aparta del Señor. Por el contrario, es feliz el que pone en el Señor su confianza.
Los criterios de Dios los expone Jesús en las Bienaventuranzas: El Evangelio no es neutral. Muy claramente “felicita”, y reprende a otros con expresiones bastante duras.
Para el cristiano, el “secreto” de la felicidad no es “secreto”: se es feliz al lado del Señor, se es infeliz lejos de él. Vale la pena pensarlo.
(LOS 5 MINUTOS DE DIOS)
Queremos ser felices…pero ¿cómo?. La felicidad no es cuestión de gustos. No se la encuentra de “cualquier manera”. No se puede ser feliz mientras el corazón se aparta del Señor. Por el contrario, es feliz el que pone en el Señor su confianza.
Los criterios de Dios los expone Jesús en las Bienaventuranzas: El Evangelio no es neutral. Muy claramente “felicita”, y reprende a otros con expresiones bastante duras.
Para el cristiano, el “secreto” de la felicidad no es “secreto”: se es feliz al lado del Señor, se es infeliz lejos de él. Vale la pena pensarlo.
(LOS 5 MINUTOS DE DIOS)
“El que pide recibe” (Mateo 7, 7-12)
Jesús dijo a sus discípulos: “Pidan y se les dará; busquen y encontrarán; llamen y se les abrirá. Porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama se le abrirá. ¿Quién de ustedes, cuando su hijo le pide pan, le da una piedra? ¿O si le pide un pez, le da una serpiente? Si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre celestial dará cosas buenas a aquellos que se lo pidan! Todo lo que deseen que los demás hagan por ustedes, háganlo por ellos: en esto consiste la Ley de los Profetas”
El hombre necesita silencio…
Con frecuencia leemos en el exterior de un hospital ese letrero sugestivo: “¡Silencio por favor!”. Y ponemos ese letrero para que no sufran los que están allí; y yo pienso que si muchos sufren en la vida, ¿no será porque ellos no han hecho suficiente silencio en su interior?
Hoy no se soporta casi ni “un minuto de silencio” en actos oficiales o deportivos; hoy cuesta mucho darle aunque no sea más que “un minuto de Dios” al Señor, a la propia conciencia.
El mundo moderno, transistorizado hasta en el campo, ya no es capaz de hacer silencio a su alrededor, y ya no soporta el silencio interior; sin embargo, el hombre de hoy necesita esas zonas de silencio en las que pueda refugiarse contra el ruido enervador y alienante, que le impide su propia reconcentración.
Muchos se vuelcan a la enervante algarabía de los espectáculos públicos, donde tratan de desaparecer en el anonimato; y, sin embargo, en ninguna parte se siente más solo el hombre que en medio de esa multitud amorfa y alborotada.
(LOS 5 MINUTOS DE DIOS)
Hoy no se soporta casi ni “un minuto de silencio” en actos oficiales o deportivos; hoy cuesta mucho darle aunque no sea más que “un minuto de Dios” al Señor, a la propia conciencia.
El mundo moderno, transistorizado hasta en el campo, ya no es capaz de hacer silencio a su alrededor, y ya no soporta el silencio interior; sin embargo, el hombre de hoy necesita esas zonas de silencio en las que pueda refugiarse contra el ruido enervador y alienante, que le impide su propia reconcentración.
Muchos se vuelcan a la enervante algarabía de los espectáculos públicos, donde tratan de desaparecer en el anonimato; y, sin embargo, en ninguna parte se siente más solo el hombre que en medio de esa multitud amorfa y alborotada.
(LOS 5 MINUTOS DE DIOS)
El Evangelio es el manual de instrucciones de toda nuestra vida…
Para los cristianos hay un libro que es la expresión de toda su fe: el Evangelio.
Pero con el Evangelio no se puede jugar a las margaritas: ”Evangelio, sí, Evangelio, no; Evangelio ahora sí, Evangelio ahora no”.
Al Evangelio no se le pueden subrayar páginas o frases; todo el Evangelio en su integridad ha de ser subrayado, porque todo el ha de ser vivido en toda su plenitud, en toda dimensión, en todas sus variadas vertientes y aplicaciones vitales.
Se ha escrito un libro con el título de Evangelios molestos; es que, si nos ponemos a vivirlo en toda su plenitud, toda el Evangelio es molesto, por la sencilla razón de que para cumplirlo debemos esforzarnos, negarnos y siempre resulta molesto, negarse a sí mismo y a sus gustos y conveniencias.
El Evangelio no pasó “en aquel tiempo”, sino que debe pasar “en este tiempo”; no se predicó “para aquellas gentes”, sino que se predica “para nosotros”.
El Evangelio no se nos puede caer de las manos; hay que hacer de él “una constante revisión de vida”, hasta llegar a “ver, juzgar y actuar” según sus normas y su espíritu.
(LOS 5 MINUTOS DE DIOS)
Pero con el Evangelio no se puede jugar a las margaritas: ”Evangelio, sí, Evangelio, no; Evangelio ahora sí, Evangelio ahora no”.
Al Evangelio no se le pueden subrayar páginas o frases; todo el Evangelio en su integridad ha de ser subrayado, porque todo el ha de ser vivido en toda su plenitud, en toda dimensión, en todas sus variadas vertientes y aplicaciones vitales.
Se ha escrito un libro con el título de Evangelios molestos; es que, si nos ponemos a vivirlo en toda su plenitud, toda el Evangelio es molesto, por la sencilla razón de que para cumplirlo debemos esforzarnos, negarnos y siempre resulta molesto, negarse a sí mismo y a sus gustos y conveniencias.
El Evangelio no pasó “en aquel tiempo”, sino que debe pasar “en este tiempo”; no se predicó “para aquellas gentes”, sino que se predica “para nosotros”.
El Evangelio no se nos puede caer de las manos; hay que hacer de él “una constante revisión de vida”, hasta llegar a “ver, juzgar y actuar” según sus normas y su espíritu.
(LOS 5 MINUTOS DE DIOS)
El dinero…
Todos estamos siempre en busca del dinero; sin embargo, no nos ponemos de acuerdo sobre el valor del dinero, pues mientras para unos es un vil metal, para otros es “el poderoso caballero, Don Dinero”.
Que no se puede vivir sin la billetera lo saben desde el acaudalado hasta el ama de casa que va a la feria para hacer las compras. No es lo serio la posesión o la carencia del dinero, sino la posición que el hombre adopta frente al dinero.
Utilizar el dinero, hacer rendir el dinero, emplear para el bien el dinero, es una cosa; convertirse en esclavo del dinero, no vivir sino con la mente fija en él, obsesionado por él, eso es otra cosa.
La Biblia no nos hace falta para conseguir el dinero, pero sí para saber utilizar el dinero, para poner el dinero a nuestra disposición y bienestar de la sociedad, y no ponernos a nosotros a disposición del dinero. Al fin, llegamos a convencernos de que cuanto más posee el hombre, menos se posee a sí mismo; el hombre que sólo posee dinero no pasa de ser un pobre hombre.
“Las preocupaciones del mundo y la seducción de las riquezas ahogan la Palabra de Dios” (Mt, 13, 22). “Lo poco del justo vale más que la mucha abundancia del impío” (Salmo 37, 16).
(LOS 5 MINUTOS DE DIOS)
Que no se puede vivir sin la billetera lo saben desde el acaudalado hasta el ama de casa que va a la feria para hacer las compras. No es lo serio la posesión o la carencia del dinero, sino la posición que el hombre adopta frente al dinero.
Utilizar el dinero, hacer rendir el dinero, emplear para el bien el dinero, es una cosa; convertirse en esclavo del dinero, no vivir sino con la mente fija en él, obsesionado por él, eso es otra cosa.
La Biblia no nos hace falta para conseguir el dinero, pero sí para saber utilizar el dinero, para poner el dinero a nuestra disposición y bienestar de la sociedad, y no ponernos a nosotros a disposición del dinero. Al fin, llegamos a convencernos de que cuanto más posee el hombre, menos se posee a sí mismo; el hombre que sólo posee dinero no pasa de ser un pobre hombre.
“Las preocupaciones del mundo y la seducción de las riquezas ahogan la Palabra de Dios” (Mt, 13, 22). “Lo poco del justo vale más que la mucha abundancia del impío” (Salmo 37, 16).
(LOS 5 MINUTOS DE DIOS)
jueves, 18 de febrero de 2010
La vida es...
Muchas veces nos preguntamos qué es la vida, y sobre todo nos inquieta el saber para qué es la vida. Porque es muy triste estar en una sala de espera, sin esperar nada, vivir porque se tiene vida, pero sin hacer nada en la vida, sin esperar nada de la vida, sin darle un sentido a la vida; una vida inútil es una muerte prematura.
Vive de tal manera, que cuando mueras no tengas verguenza de haber vivido; al contrario, te sientas satisfecho de haber vivido y de haber vivido tal como viviste.
La vida no es palcer, la vida no es comodidad, la vida no es diversión, la vida no es turismo, la vida no es dinero, la vida no es confort; la vida tiene todo eso, pero la vida no es eso.
Como tampoco la vida no es dolor, la vida no es lágrimas y llanto, la vida no es sufrimiento y pesadumbre, la vida no son problemas y angustias...la vida tiene todo eso, pero la vida tampoco es eso, precisamente.
La vida es cumplimiento del deber, llenar un puesto, cumplir una misión, contribuir al bienestar de los demás: eso es vivir.
"En la senda de la justicia está la vida; el camino de los rencorosos lleva a la muerte" (Prov,12,28)
(LOS 5 MINUTOS DE DIOS)
Vive de tal manera, que cuando mueras no tengas verguenza de haber vivido; al contrario, te sientas satisfecho de haber vivido y de haber vivido tal como viviste.
La vida no es palcer, la vida no es comodidad, la vida no es diversión, la vida no es turismo, la vida no es dinero, la vida no es confort; la vida tiene todo eso, pero la vida no es eso.
Como tampoco la vida no es dolor, la vida no es lágrimas y llanto, la vida no es sufrimiento y pesadumbre, la vida no son problemas y angustias...la vida tiene todo eso, pero la vida tampoco es eso, precisamente.
La vida es cumplimiento del deber, llenar un puesto, cumplir una misión, contribuir al bienestar de los demás: eso es vivir.
"En la senda de la justicia está la vida; el camino de los rencorosos lleva a la muerte" (Prov,12,28)
(LOS 5 MINUTOS DE DIOS)
miércoles, 17 de febrero de 2010
Conoce el significado e importancia del miércoles de Ceniza como el inicio formal a la Cuaresma
El miércoles de Ceniza es el principio de la Cuaresma; un día especialmente penitencial, en el que manifestamos nuestro deseo personal de conversión a Dios.
Al acercarnos a los templos a que nos impongan la ceniza, expresamos con humildad y sinceridad de corazón, que deseamos convertirnos y creer de verdad en el Evangelio.
El origen de la imposición de la ceniza pertenece a la estructura de la penitencia canónica. Empieza a ser obligatorio para toda la comunidad cristiana a partir del siglo X. La liturgia actual, conserva los elementos tradicionales: imposición de la ceniza y ayuno riguroso.
La bendición e imposición de la ceniza tiene lugar dentro de la Misa, después de la homilía; aunque en circunstancias especiales, se puede hacer dentro de una celebración de la Palabra. Las fórmulas de imposición de la ceniza se inspiran en la Escritura: Génesis, 3, 19 y Marcos 1, 15.
La ceniza procede de los ramos bendecidos el Domingo de la Pasión del Señor, del año anterior, siguiendo una costumbre que se remonta al siglo XII. La fórmula de bendición hace relación a la condición pecadora de quienes la recibirán.
El simbolismo de la ceniza es el siguiente:
a) Condición débil y caduca del hombre, que camina hacia la muerte;
b) Situación pecadora del hombre;
c) Oración y súplica ardiente para que el Señor acuda en su ayuda;
d) Resurrección, ya que el hombre está destinado a participar en el triunfo de Cristo;
La ceniza es el residuo de la combustión por el fuego de las cosas o de las personas. Este símbolo ya se emplea en la primera página de la Biblia cuando se nos cuenta que "Dios formó al hombre con polvo de la tierra" (Gen 2,7). Eso es lo que significa el nombre de "Adán". Y se le recuerda enseguida que ése es precisamente su fin: "hasta que vuelvas a la tierra, pues de ella fuiste hecho" (Gn 3,19).
Por extensión, pues, representa la conciencia de la nada, de la nulidad de la creatura con respecto al Creador, según las palabras de Abrahán: "Aunque soy polvo y ceniza, me atrevo a hablar a mi Señor" (Gn 18,27).
Esto nos lleva a todos a asumir una actitud de humildad ("humildad" viene de humus, "tierra"): "polvo y ceniza son los hombres" (Si 17,32), "todos caminan hacia una misma meta: todos han salido del polvo y todos vuelven al polvo" (Qo 3,20), "todos expiran y al polvo retornan" (Sal 104,29). Por lo tanto, la ceniza significa también el sufrimiento, el luto, el arrepentimiento. En Job (Jb 42,6) es explícítamente signo de dolor y de penitencia. De aquí se desprendió la costumbre, por largo tiempo conservada en los monasterios, de extender a los moribundos en el suelo recubierto con ceniza dispuesta en forma de cruz. La ceniza se mezcla a veces con los alimentos de los ascetas y la ceniza bendita se utiliza en ritos como la consagración de una iglesia, etc.
La costumbre actual de que todos los fieles reciban en su frente o en su cabeza el signo de la ceniza al comienzo de la Cuaresma no es muy antiguo.
En los primeros siglos se expresó con este gesto el camino cuaresmal de los "penitentes", o sea, del grupo de pecadores que querían recibir la reconciliación al final de la Cuaresma, el Jueves Santo, a las puertas de la Pascua. Vestidos con hábito penitencial y con la ceniza que ellos mismos se imponían en la cabeza, se presentaban ante la comunidad y expresaban así su conversión.
En el siglo XI, desaparecida ya la institución de los penitentes como grupo, se vio que el gesto de la ceniza era bueno para todos, y así, al comienzo de este período litúrgico, este rito se empezó a realizar para todos los cristianos, de modo que toda la comunidad se reconocía pecadora, dispuesta a emprender el camino de la conversión cuaresmal.
En la última reforma litúrgica se ha reorganizado el rito de la imposición de la ceniza de un modo más expresivo y pedagógico. Ya no se realiza al principio de la celebración o independientemente de ella, sino después de las lecturas bíblicas y de la homilía. Así la Palabra de Dios, que nos invita ese día a la conversión, es la que da contenido y sentido al gesto.
Además, se puede hacer la imposición de las cenizas fuera de la Eucaristía -en las comunidades que no tienen sacerdote-, pero siempre en el contexto de la escucha de la Palabra.
(WWW.ENCUENTRA.COM)
Al acercarnos a los templos a que nos impongan la ceniza, expresamos con humildad y sinceridad de corazón, que deseamos convertirnos y creer de verdad en el Evangelio.
El origen de la imposición de la ceniza pertenece a la estructura de la penitencia canónica. Empieza a ser obligatorio para toda la comunidad cristiana a partir del siglo X. La liturgia actual, conserva los elementos tradicionales: imposición de la ceniza y ayuno riguroso.
La bendición e imposición de la ceniza tiene lugar dentro de la Misa, después de la homilía; aunque en circunstancias especiales, se puede hacer dentro de una celebración de la Palabra. Las fórmulas de imposición de la ceniza se inspiran en la Escritura: Génesis, 3, 19 y Marcos 1, 15.
La ceniza procede de los ramos bendecidos el Domingo de la Pasión del Señor, del año anterior, siguiendo una costumbre que se remonta al siglo XII. La fórmula de bendición hace relación a la condición pecadora de quienes la recibirán.
El simbolismo de la ceniza es el siguiente:
a) Condición débil y caduca del hombre, que camina hacia la muerte;
b) Situación pecadora del hombre;
c) Oración y súplica ardiente para que el Señor acuda en su ayuda;
d) Resurrección, ya que el hombre está destinado a participar en el triunfo de Cristo;
La ceniza es el residuo de la combustión por el fuego de las cosas o de las personas. Este símbolo ya se emplea en la primera página de la Biblia cuando se nos cuenta que "Dios formó al hombre con polvo de la tierra" (Gen 2,7). Eso es lo que significa el nombre de "Adán". Y se le recuerda enseguida que ése es precisamente su fin: "hasta que vuelvas a la tierra, pues de ella fuiste hecho" (Gn 3,19).
Por extensión, pues, representa la conciencia de la nada, de la nulidad de la creatura con respecto al Creador, según las palabras de Abrahán: "Aunque soy polvo y ceniza, me atrevo a hablar a mi Señor" (Gn 18,27).
Esto nos lleva a todos a asumir una actitud de humildad ("humildad" viene de humus, "tierra"): "polvo y ceniza son los hombres" (Si 17,32), "todos caminan hacia una misma meta: todos han salido del polvo y todos vuelven al polvo" (Qo 3,20), "todos expiran y al polvo retornan" (Sal 104,29). Por lo tanto, la ceniza significa también el sufrimiento, el luto, el arrepentimiento. En Job (Jb 42,6) es explícítamente signo de dolor y de penitencia. De aquí se desprendió la costumbre, por largo tiempo conservada en los monasterios, de extender a los moribundos en el suelo recubierto con ceniza dispuesta en forma de cruz. La ceniza se mezcla a veces con los alimentos de los ascetas y la ceniza bendita se utiliza en ritos como la consagración de una iglesia, etc.
La costumbre actual de que todos los fieles reciban en su frente o en su cabeza el signo de la ceniza al comienzo de la Cuaresma no es muy antiguo.
En los primeros siglos se expresó con este gesto el camino cuaresmal de los "penitentes", o sea, del grupo de pecadores que querían recibir la reconciliación al final de la Cuaresma, el Jueves Santo, a las puertas de la Pascua. Vestidos con hábito penitencial y con la ceniza que ellos mismos se imponían en la cabeza, se presentaban ante la comunidad y expresaban así su conversión.
En el siglo XI, desaparecida ya la institución de los penitentes como grupo, se vio que el gesto de la ceniza era bueno para todos, y así, al comienzo de este período litúrgico, este rito se empezó a realizar para todos los cristianos, de modo que toda la comunidad se reconocía pecadora, dispuesta a emprender el camino de la conversión cuaresmal.
En la última reforma litúrgica se ha reorganizado el rito de la imposición de la ceniza de un modo más expresivo y pedagógico. Ya no se realiza al principio de la celebración o independientemente de ella, sino después de las lecturas bíblicas y de la homilía. Así la Palabra de Dios, que nos invita ese día a la conversión, es la que da contenido y sentido al gesto.
Además, se puede hacer la imposición de las cenizas fuera de la Eucaristía -en las comunidades que no tienen sacerdote-, pero siempre en el contexto de la escucha de la Palabra.
(WWW.ENCUENTRA.COM)
Miércoles de Ceniza.
Mt 6, 1-6. 16-18
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Jesús dijo a sus discípulos: "Tengan cuidado de no practicar su justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos: de lo contrario, no recibirán ninguna recompensa del Padre de ustedes que está en el cielo. Por lo tanto, cuando des limosna, no lo vayas pregonando delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser honrados por los hombres. Les aseguro que ellos ya tienen su recompensa. Cuando tú des limosna, que tu mano izquierda ignore lo que hace la derecha, para que tu limosna quede en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará. Cuando ustedes oren, no hagan como los hipócritas: a ellos les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos por los hombres. Les aseguro que ellos ya tienen su recompensa. Tú, en cambio, cuando ores, retírate a tu habitación, cierra la puerta y ora a tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará. Cuando ustedes ayunen, no pongan cara triste, como hacen los hipócritas, que desfiguran su rostro para que los hombres noten que ayunan. Les aseguro que con eso, ya han recibido su recompensa. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfuma tu cabeza y lava tu rostro, para que tu ayuno no sea conocido por los hombres, sino por tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará".
Palabra del Señor.
Reflexión:
Hoy es Miércoles de ceniza y comienza el tiempo de Cuaresma. Hoy comienza un tiempo litúrgico fascinante, bello, intenso, generador de vida interior y de compromiso con los más necesitados. La iglesia nos propone ese evangelio en que Jesús nos aconseja que no hagamos el bien para que nos vean. Es toda una tarea: generalmente solemos ubicarnos de tal modo que los demás nos vean mientras hecemos el bien. Debemos evitar esa tentación. Además debemos orar con pocas palabras; no es necesario entregarse en muchas palabras: Dios ya sabe lo que necesitamos. Orar es escuchar más que hablar. Finalmente, cuando ayunemos debemos permanecer alegres. Ayunemos para que los pobres no necesiten hacerlo.
(ENCUENTRO CON LA PALABRA)
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Jesús dijo a sus discípulos: "Tengan cuidado de no practicar su justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos: de lo contrario, no recibirán ninguna recompensa del Padre de ustedes que está en el cielo. Por lo tanto, cuando des limosna, no lo vayas pregonando delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser honrados por los hombres. Les aseguro que ellos ya tienen su recompensa. Cuando tú des limosna, que tu mano izquierda ignore lo que hace la derecha, para que tu limosna quede en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará. Cuando ustedes oren, no hagan como los hipócritas: a ellos les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos por los hombres. Les aseguro que ellos ya tienen su recompensa. Tú, en cambio, cuando ores, retírate a tu habitación, cierra la puerta y ora a tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará. Cuando ustedes ayunen, no pongan cara triste, como hacen los hipócritas, que desfiguran su rostro para que los hombres noten que ayunan. Les aseguro que con eso, ya han recibido su recompensa. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfuma tu cabeza y lava tu rostro, para que tu ayuno no sea conocido por los hombres, sino por tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará".
Palabra del Señor.
Reflexión:
Hoy es Miércoles de ceniza y comienza el tiempo de Cuaresma. Hoy comienza un tiempo litúrgico fascinante, bello, intenso, generador de vida interior y de compromiso con los más necesitados. La iglesia nos propone ese evangelio en que Jesús nos aconseja que no hagamos el bien para que nos vean. Es toda una tarea: generalmente solemos ubicarnos de tal modo que los demás nos vean mientras hecemos el bien. Debemos evitar esa tentación. Además debemos orar con pocas palabras; no es necesario entregarse en muchas palabras: Dios ya sabe lo que necesitamos. Orar es escuchar más que hablar. Finalmente, cuando ayunemos debemos permanecer alegres. Ayunemos para que los pobres no necesiten hacerlo.
(ENCUENTRO CON LA PALABRA)
lunes, 15 de febrero de 2010
Jesús es de los pobres...
Lc 6, 12-13. 17. 20-26
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Jesús se retiró a una montaña para orar, y pasó toda la noche en oración con Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos y eligió a doce de ellos, a los que dio el nombre de apóstoles. Al bajar con estos se detuvo en una llanura. Estaban allí muchos de sus discípulos y una gran muchedumbre que había llegado de toda la Judea, de Jerusalén y de la región costera de Tiro y Sidón. Entonces Jesús, fijando la mirada en sus discípulos, dijo: "¡Felices ustedes, los pobres, porque el Reino de Dios les pertenece! ¡Felices ustedes, los que ahora tienen hambre, porque serán saciados! ¡Felices ustedes, los que ahora lloran, porque reirán! ¡Felices ustedes, cuando los hombres los odien, los excluyan, los insulten y proscriban el nombre de ustedes, considerándolos infames a causa del Hijo del hombre! ¡Alégrense y llénense de gozo en ese día, porque la recompensa de ustedes será grande en el cielo! ¡De la misma manera los padres de ellos trataban a los profetas! Pero ¡ay de ustedes, los ricos, porque ya tienen su consuelo! ¡Ay de ustedes, los que ahora están satisfechos, porque tendrán hambre! ¡Ay de ustedes, los que ahora ríen, porque conocerán la aflicción y las lágrimas! ¡Ay de ustedes cuando todos los elogien! ¡De la misma manera los padres de ellos trataban a los falsos profetas!".
Reflexión:
La primera bienaventuranza (pronunciada después de haber multiplicado la comida), no deja lugar a dudas: Jesús está cerca de los pobres, los elige; y les dice que para ellos es la salvación. Los pobres materiales de los que habla esta bienaventuranza son los que no tienen techo, los que son alejados del acceso a la cultura, los que no pueden beneficiarse de los logros de la medicina; son los explotados en su trabajo, los que no participan en el reparto de los bienes de ésta bendita tierra; son esos que a los que se les roba su pan y su dignidad y se los mantiene marginados. Los pobres son los que no tienen lo elemental, los que viven con miedo, inseguridad y resignación. Son esos que están “amontonados” en hospitales sucios, que son despreciados por el color de su piel; son esos que tienen que viajar horas interminables para ir al trabajo, son esos que no tienen tiempo libre ni ocio posible. A esos pobres les habla Jesús. Ser cristiano es asumir el dolor de los marginados, es trabajar para liberarlos, es comprometerse a partir y compartir con ellos los bienes. Mientras existan pobres en este mundo la frase “yo soy un cristiano rico” será una aberración y un insulto a la dignidad de aquellos que son elegidos y amados especialmente por Jesús. Jesús estuvo siempre al servicio del pobre: los bautizados debemos ser como Jesús.
(ENCUENTRO CON LA PALABRA)
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Jesús se retiró a una montaña para orar, y pasó toda la noche en oración con Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos y eligió a doce de ellos, a los que dio el nombre de apóstoles. Al bajar con estos se detuvo en una llanura. Estaban allí muchos de sus discípulos y una gran muchedumbre que había llegado de toda la Judea, de Jerusalén y de la región costera de Tiro y Sidón. Entonces Jesús, fijando la mirada en sus discípulos, dijo: "¡Felices ustedes, los pobres, porque el Reino de Dios les pertenece! ¡Felices ustedes, los que ahora tienen hambre, porque serán saciados! ¡Felices ustedes, los que ahora lloran, porque reirán! ¡Felices ustedes, cuando los hombres los odien, los excluyan, los insulten y proscriban el nombre de ustedes, considerándolos infames a causa del Hijo del hombre! ¡Alégrense y llénense de gozo en ese día, porque la recompensa de ustedes será grande en el cielo! ¡De la misma manera los padres de ellos trataban a los profetas! Pero ¡ay de ustedes, los ricos, porque ya tienen su consuelo! ¡Ay de ustedes, los que ahora están satisfechos, porque tendrán hambre! ¡Ay de ustedes, los que ahora ríen, porque conocerán la aflicción y las lágrimas! ¡Ay de ustedes cuando todos los elogien! ¡De la misma manera los padres de ellos trataban a los falsos profetas!".
Reflexión:
La primera bienaventuranza (pronunciada después de haber multiplicado la comida), no deja lugar a dudas: Jesús está cerca de los pobres, los elige; y les dice que para ellos es la salvación. Los pobres materiales de los que habla esta bienaventuranza son los que no tienen techo, los que son alejados del acceso a la cultura, los que no pueden beneficiarse de los logros de la medicina; son los explotados en su trabajo, los que no participan en el reparto de los bienes de ésta bendita tierra; son esos que a los que se les roba su pan y su dignidad y se los mantiene marginados. Los pobres son los que no tienen lo elemental, los que viven con miedo, inseguridad y resignación. Son esos que están “amontonados” en hospitales sucios, que son despreciados por el color de su piel; son esos que tienen que viajar horas interminables para ir al trabajo, son esos que no tienen tiempo libre ni ocio posible. A esos pobres les habla Jesús. Ser cristiano es asumir el dolor de los marginados, es trabajar para liberarlos, es comprometerse a partir y compartir con ellos los bienes. Mientras existan pobres en este mundo la frase “yo soy un cristiano rico” será una aberración y un insulto a la dignidad de aquellos que son elegidos y amados especialmente por Jesús. Jesús estuvo siempre al servicio del pobre: los bautizados debemos ser como Jesús.
(ENCUENTRO CON LA PALABRA)
Decálogo del buen padre
1-Amarás a tu hijo con todo tu corazón, alma y fuerzas, pero sabiamente con tu cerebro.
2-Verás en tu hijo una persona, y no un objeto de tu pertenencia.
3-No le exigirás amor y respeto, sino que tratarás de ganártelos.
4-Cada vez que sus actos te hagan perder la paciencia, traerás a la memoria los tuyos, cuando tenías su edad.
5-Recuerda que tu ejemplo será más elocuente que el mejor de tus sermones.
6-Piensa que tu hijo ve en ti un ser superior; no lo desilusiones.
7-Serás en el camino de su vida una señal que le impedirá tomar caminos equivocados, de los cuales difícilmente se vuelve.
8-Le enseñarás a admirar la belleza, a practicar el bien y a amar la verdad.
9-Brindarás atención a sus problemas cuando él considere que puedes ayudar a solucionarlos.
10-Le enseñarás con tu palabra y con tu ejemplo a amar a Dios sobre todas las cosas.
“Padres, no exasperéis a vuestros hijos, sino formadlos más bien mediante la instrucción y la corrección según el Señor” (Ef, 6,4)
(LOS 5 MINUTOS CON DIOS)
2-Verás en tu hijo una persona, y no un objeto de tu pertenencia.
3-No le exigirás amor y respeto, sino que tratarás de ganártelos.
4-Cada vez que sus actos te hagan perder la paciencia, traerás a la memoria los tuyos, cuando tenías su edad.
5-Recuerda que tu ejemplo será más elocuente que el mejor de tus sermones.
6-Piensa que tu hijo ve en ti un ser superior; no lo desilusiones.
7-Serás en el camino de su vida una señal que le impedirá tomar caminos equivocados, de los cuales difícilmente se vuelve.
8-Le enseñarás a admirar la belleza, a practicar el bien y a amar la verdad.
9-Brindarás atención a sus problemas cuando él considere que puedes ayudar a solucionarlos.
10-Le enseñarás con tu palabra y con tu ejemplo a amar a Dios sobre todas las cosas.
“Padres, no exasperéis a vuestros hijos, sino formadlos más bien mediante la instrucción y la corrección según el Señor” (Ef, 6,4)
(LOS 5 MINUTOS CON DIOS)
Sólo Dios puede
Sólo Dios puede dar fe,
pero tú puedes dar testimonio.
Sólo Dios puede dar la esperanza,
pero tú puedes dar confianza a tus hermanos.
Sólo Dios puede dar amor,
pero tú puedes enseñar a amar a los demás.
Sólo Dios puede dar la paz,
pero tú puedes suscitar la concordia.
Sólo Dios puede dar la fuerza,
pero tú puedes sostener al desfallecido.
Sólo Dios es el camino,
pero tú puedes mostrarlo a los demás.
Sólo Dios es la luz,
pero tú puedes hacerla brillar a los ojos de todos.
Sólo Dios es la vida,
pero tú puedes devolver a otros el deseo de vivir.
Sólo Dios puede hacer lo que parece imposible,
pero tú puedes hacer lo que es posible.
Sólo Dios se basta a si mismo,
pero prefiere contar contigo.
(ORACION DE UNA COMUNIDAD DE BRASIL)
pero tú puedes dar testimonio.
Sólo Dios puede dar la esperanza,
pero tú puedes dar confianza a tus hermanos.
Sólo Dios puede dar amor,
pero tú puedes enseñar a amar a los demás.
Sólo Dios puede dar la paz,
pero tú puedes suscitar la concordia.
Sólo Dios puede dar la fuerza,
pero tú puedes sostener al desfallecido.
Sólo Dios es el camino,
pero tú puedes mostrarlo a los demás.
Sólo Dios es la luz,
pero tú puedes hacerla brillar a los ojos de todos.
Sólo Dios es la vida,
pero tú puedes devolver a otros el deseo de vivir.
Sólo Dios puede hacer lo que parece imposible,
pero tú puedes hacer lo que es posible.
Sólo Dios se basta a si mismo,
pero prefiere contar contigo.
(ORACION DE UNA COMUNIDAD DE BRASIL)
martes, 9 de febrero de 2010
Las tradiciones de los fariseos
Marcos 7, 1-13
En aquel tiempo se acercó a Jesús un grupo de fariseos con algunos letrados de Jerusalén. Y al ver que algunos de sus discípulos comían con manos impuras, es decir no lavadas, - es que los fariseos y todos los judíos no comen sin haberse lavado las manos hasta el codo, aferrados a la tradición de los antiguos, y al volver de la plaza, si no se bañan, no comen; y hay otras muchas cosas que observan por tradición, como la purificación de copas, jarros y bandejas -. Por ello, los fariseos y los escribas le preguntan: «¿Por qué tus discípulos no viven conforme a la tradición de los antepasados, sino que comen con manos impuras?». Él les dijo: «Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, según está escrito: Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. En vano me rinden culto, ya que enseñan doctrinas que son preceptos de hombres. Dejando el precepto de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres. Les decía también: «¡Qué bien violáis el mandamiento de Dios, para conservar vuestra tradición! Porque Moisés dijo: Honra a tu padre y a tu madre y: el que maldiga a su padre o a su madre, sea castigado con la muerte. Pero vosotros decís: Si uno dice a su padre o a su madre: "Lo que de mí podrías recibir como ayuda lo declaro Korbán - es decir: ofrenda -", ya no le dejáis hacer nada por su padre y por su madre, anulando así la Palabra de Dios por vuestra tradición que os habéis transmitido; y hacéis muchas cosas semejantes a éstas.
Reflexión
La vida podría convertirse en un cumplimiento meticuloso de la ley, normas, compromisos, como hacían los fariseos y judíos. Pero valdría preguntarse en medio de tanta exigencia personal ¿por qué? ¿Por qué tanto empeño y dedicación para ser fieles?. ¿Realmente cumplían de esa manera para agradar a Dios? Por la actitud de Jesús su fidelidad era incienso que en lugar de agradar a Dios los alababa a ellos mismos.
Sólo a Dios hay que dar culto, y el verdadero culto consiste en la caridad y amor a Dios, nos dice el Catecismo de la Iglesia Católica en el número 2095. Debe ser aquí por tanto, donde florezca la exigencia por ser fieles a los compromisos.
El santo Padre, Juan Pablo II escribió que ser cristiano no es en primer lugar cumplir una cantidad de compromisos y obligaciones sino dejarse amar por Dios.
De esta manera, hemos de buscar a Dios para que nuestra jornada no se convierta en una serie de actividades, compromisos, obligaciones sin sentido, porque se tienen que hacer, hechos en ocasiones sin saber por qué se hacen, sino que sean nuestros días un continuo ofrecimiento a Dios de nuestras acciones.
En aquel tiempo se acercó a Jesús un grupo de fariseos con algunos letrados de Jerusalén. Y al ver que algunos de sus discípulos comían con manos impuras, es decir no lavadas, - es que los fariseos y todos los judíos no comen sin haberse lavado las manos hasta el codo, aferrados a la tradición de los antiguos, y al volver de la plaza, si no se bañan, no comen; y hay otras muchas cosas que observan por tradición, como la purificación de copas, jarros y bandejas -. Por ello, los fariseos y los escribas le preguntan: «¿Por qué tus discípulos no viven conforme a la tradición de los antepasados, sino que comen con manos impuras?». Él les dijo: «Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, según está escrito: Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. En vano me rinden culto, ya que enseñan doctrinas que son preceptos de hombres. Dejando el precepto de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres. Les decía también: «¡Qué bien violáis el mandamiento de Dios, para conservar vuestra tradición! Porque Moisés dijo: Honra a tu padre y a tu madre y: el que maldiga a su padre o a su madre, sea castigado con la muerte. Pero vosotros decís: Si uno dice a su padre o a su madre: "Lo que de mí podrías recibir como ayuda lo declaro Korbán - es decir: ofrenda -", ya no le dejáis hacer nada por su padre y por su madre, anulando así la Palabra de Dios por vuestra tradición que os habéis transmitido; y hacéis muchas cosas semejantes a éstas.
Reflexión
La vida podría convertirse en un cumplimiento meticuloso de la ley, normas, compromisos, como hacían los fariseos y judíos. Pero valdría preguntarse en medio de tanta exigencia personal ¿por qué? ¿Por qué tanto empeño y dedicación para ser fieles?. ¿Realmente cumplían de esa manera para agradar a Dios? Por la actitud de Jesús su fidelidad era incienso que en lugar de agradar a Dios los alababa a ellos mismos.
Sólo a Dios hay que dar culto, y el verdadero culto consiste en la caridad y amor a Dios, nos dice el Catecismo de la Iglesia Católica en el número 2095. Debe ser aquí por tanto, donde florezca la exigencia por ser fieles a los compromisos.
El santo Padre, Juan Pablo II escribió que ser cristiano no es en primer lugar cumplir una cantidad de compromisos y obligaciones sino dejarse amar por Dios.
De esta manera, hemos de buscar a Dios para que nuestra jornada no se convierta en una serie de actividades, compromisos, obligaciones sin sentido, porque se tienen que hacer, hechos en ocasiones sin saber por qué se hacen, sino que sean nuestros días un continuo ofrecimiento a Dios de nuestras acciones.
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